Curioso resulta verificar hoy por hoy, la tenaz e incruenta inconformidad citadina, respecto a variadas problemáticas que, siendo ciudadanos en ejercicio, todos hemos tenido que soportar, gústenos o no, como por ejemplo:
El mal llamado sistema futurista de transporte citadino, mejor conocido como Transantiago, que lo único trans que posee es lo transnochado del mismo, o lo transversal a una buena idea, porque la verdad verdad, sigue peor que nunca, verdadera estafa pública a ojos vista.
Oquizás la problemática con los cobros abusivos por parte de las casas comerciales, como La Polar por ejemplo, misma que solamente es la punta del icebergs de una problemática que se ha ido enriqueciendo a costa de los ignaros, década tras década, con publicidad, no engañosa propiamente tal, sino que artera y mañosa... mafiosa dirían algunos, los más vivos.
Puede ser el caso también, de aquella extraña e incomprendida acción por parte de las grandes comercializadoras, los grandes almacenes, que premian con descuentos, precios bajos, 'regalos', y otras prebendas por el estilo, solo a quienes compran a crédito y no al contado, en efectivo, como lógicamente debiera suceder.
También están las instituciones públicas, como municipalidades por ejemplo, que solo se preocupan por cobrar los impuestos territoriales varios, basura por ejemplo, imponiendo a la fuerza la preocupación ciudadana por estos cobros, no así su responzabilidad por dar aviso anticipado domiciliario de los mismos, circunstancia que, de alguna manera, favorece las arcas institucionales, no el bolsillo ciudadano.
Y nuestros señores congresistas, más preocupados de sus negocios particulares, sus viajes en 'comisiones de servicio', sus aumentos salariales por tan sacrificado trabajo, sus reuniones formales e informales a todo trapo, sus disgustos y enfrentamientos internos por cuestiones a veces hasta incoherentes a ojos vista, suma y sigue, mientras el resto de la ciudadanía espera a veces hasta quinquenios, quizás décadas, la promulgación de alguna ley que los favorezca mínimamente, como la derogación del 7% en salud, o el mejoramiento evidente de la misma, o protección real a los 'abuelos' que han constribuido a hacernos grandes... en fin, suma y sigue, insisto.
Y que decir de nuestros medios de comunicación, sea prensa, radio, televisión, que desde décadas a la fecha solo han consentido emitir una suerte de basura, de mediocridad latente, con la cual tienen obnubilados a sus cultores, verdaderos zombis a quienes controlan, no con vudú sino con parafernalia farandulera de la más barata y mediocre posible, olvidando el glorioso pasado de sus predecesores maestros en el arte de comunicar.
y no hablemos mucho de la familia tampoco, porque hoy por hoy cuesta encontrar verdaderamente una institución que realmente sea o debiera ser algo propio a ese nombre, y no aquella suerte extraña de conglomerado humano, donde un hombre y una mujer juegan al papá y la mamá... esto mientras no dañe, toque, o disminuya sus ingreosos, o sus realizaciones personales, porque entonces sí que todo se va al diántres, y el jueguito deja de interesar, dejando a la deriva al producto de la misma, los hijos, si es que han estado de ánimo y con intenciones de procrear, no solo de tener sexo.
Punto aparte, y muy notorio, es el cambio que ha sufrido la mujer propiamente tal, que desde aquel ícono de femeneidad por excelencia, capáz de generar el cambio de un reino pòr una de ellas, se ha transformado en una suerte de mala copia masculina, donde la diferencia sexual solo queda, hoy por hoy, supeditada a una vagina o un pene, y ni eso en algunos casos, escondidos entre un par de piernas que hace mucho tiempo ya dejaron de lucirse con encanto, pundonor, y gracia femenina... ni hablar de un pelo señorial, ojos embrujadores, labios de fuego, cuellos de cisne, senos marmoleos, cintura esbelta, derrier escultural, en suma, de una Venus de Milo, una Tais, una Helena de Troya.
Y todo esto, amigos míos, todas estas pequeñas e ínfimas elucubraciones del hoy por hoy, poseen un lugar común, una explicación, una razón de ser, que se encuentra íntimamente ligada a todas y cada una de estas breves reflexiones arrojadas pon nuestro caminar en la vida... educación e ignorancia.
Nosotros, ciudadanos del siglo XXI, nos creemos educados, presumimos de cultos, de conocedores, de sapientes, pero la realidad es otra, muy diferente... estamos ciegos, sordos, y mudos frente al devenir actual, y por ende, ignoramos, somos verdaderamente ignorantes con nuestro futuro ad-portas.
Nos han castrado mentalmente, han lobotomizado nuestros centros de sensibilidad, creatividad, crítica, imaginación, curiosidad, y nos han convertido, transformado, en ciudadanos beta, gama,y deltas, parafraseando a Huxley y su 'Mundo Felíz', mientras los alfas usufructan de nosotros, de nuestros sueños, nuestras necesidades, bajo el secreto, antiquísimo y directo, del que un ser ignorante pero con pan y circo, no necesita nada más para vivir y producir lo que ellos impongan, quieran, o necesiten.
Es quizás por eso que dejé de lado el punto , educación, en este breve divagar, pensando en aquella máxima, extrañamernte certera, que señala, 'el que pueda comprender, que comprenda', porque en realidad no hay nada más que decir ni hacer frente a quién no quiere escuchar, ver, o comprender, muchísimo menos educarse... la verdadera llave para librarnos de estas cadenas de 'consumcientización', es decir,consumismo concientizante, o concientización consumista, que es lo que mueve hoy al mundo inmediato, irreal, televisivo y farandulero en grado superlativamente globalizado, muy propio del ignorante, del desilustrado en grado máximo.
La pregunta entonces surge sola, y por su propio peso:
¿Usted, señor, señora, dónde se encuentra, o dónde quisiera encontrase hoy?